Hieren mi alma palabras punzantes
mi corazón se desangra gota a gota.
Mis ojos, mares encrespados, furiosos
rompen contra el vuelo de la triste gaviota.
Cruzan mi mente sombras aladas,
mi garganta, paralizada por el miedo
impide la liberación de mi voz;
un nudo sujeta la rabia contenida.
Mi respiración se vuelve entrecortada
y en mi pecho el ruido ensordecedor
de los latidos de mi corazón presiente el caos.
Parece que el fin está muy cerca.
Uno de los pilares que sujetaba mi mundo
comienza a resquebrajarse,
como si fuera un catillo de naipes,
con la fragilidad del cristal tallado.
La locura y la desesperación
se van adueñando de mis sentidos
Y en lo mas profundo de mi ser, un vacio,
una absoluta nada, va avanzando lenta pero con fuerza.
No me abandones, ahora no por favor,
necesito tanto sentir tu presencia,
necesito tanto revivir momentos pasados
El viaje no ha terminado, ¿por qué bajas?
De Piltrafilla para tesoro.
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